El terremoto de magnitud 7,3 en la escala Richter, registrado anoche a 15 kilómetros de Puerto Príncipe, la capital de Haití, liberó una energía equivalente a la explosión de 200.000 kilos de trinitrotolueno (dinamita), según expertos en geología. El presidente de Geólogos del Mundo, la ONG del Colegio Oficial de Geólogos de España, Angel Carbayos, ha explicado que la energía que se libera en un seísmo de esta magnitud provoca unos efectos devastadores y esos daños sobre las personas, los objetos y las construcciones son los que fijan la intensidad de un terremoto.
"Este terremoto tiene un asunto fastidioso y es que el epicentro está muy cerca de la capital, por lo que las ondas llegan con más intensidad, causando numerosos destrozos. Un seísmo de 7 en la escala Richter provoca destrucción masiva, con deslizamiento de terrenos que sepultan cualquier población", ha apostillado. El Instituto Geológico de Estados Unidos ha asegurado que es el más potente sufrido en el país en 240 años. Carbayos ha señalado que el movimiento sísmico se produjo a una profundidad de 10 kilómetros bajo la superficie por el choque de las placas tectónicas del Caribe y de Norteamérica que "se están moviendo continuamente y muy lentamente". Sin embargo, "no son frecuentes terremotos de tal envergadura desde hacía varias décadas en esta zona", a pesar de que es un área con gran actividad potencial. El sismólogo estadounidense William McCann ha recordado que en 1770 se produjo en la misma zona aproximada un terremoto de 7,5 que liberó una energía 20 veces mayor que el actual. Desde entonces no se había producido uno tan grande, lo que indica que se ha ido acumulando presión en el área y que con el seísmo de ayer sólo se ha liberado una pequeña parte.
lunes, 22 de febrero de 2010
Dos Replicas
Carbayos ha precisado que Haití está sumido en un sistema de fallas bajo el mar que está al norte de Haití y otro que está al sur, y que ambas "están trabajando". En ese sentido, ha apuntado que el seísmo ha generado ya un par de réplicas, una de ellas siete minutos después (a las 22.00) con una magnitud de 5,9, y una segunda de 5,5, 12 minutos después de la primera. Tras ese "punto álgido" las placas siguen chocando, aunque son terremotos de magnitud e intensidad más reducida.
Por su parte, el investigador titular en Peligrosidad y Riesgo Geológico del Instituto Geológico Minero de España (IGME) Joaquín Mulas, ha insistido en que éste ha sido un terremoto "bastante importante" y "muy dañino" y que además de las numerosas víctimas mortales aún sin cuantificar hay numerosos edificios destruidos porque "la vulnerabilidad" en la edificación en el país más pobre de América es muy alta. En cuanto a los aspectos geológicos, ha subrayado que en éste área se producen movimientos sísmicos "de cierta importancia cada cierto tiempo" y, aunque reconoció que la probabilidad de ocurrencia es "difícil de determinar", ésta es una zona "conocida por fenómenos" de estas características.
También ha destacado que se trata de un terremoto muy superficial (a 10 kilómetros de profundidad) por lo que "cuanto más en superficie más dañino es y viceversa". En la misma línea, el investigador titular en Geología Estructural del IGME, Javier Escuder, detalló sus trabajos en República Dominicana dentro del Programa SYSMIN financiado con fondos de ayuda al desarrollo de la Unión Europea. Bajo su experiencia, en la isla hay una fricción entre la falla de Enriquillo (un lago fronterizo entre Haití y República Dominicana) que tiene un movimiento horizontal donde el bloque norte se mueve hacia el oeste, y el sur hacia el este. "Esto se produce esporádicamente, pero estas placas se mueven a un ritmo de 20 milímetros al año, que ya es un movimiento importante", ha indicado.
Por su parte, el investigador titular en Peligrosidad y Riesgo Geológico del Instituto Geológico Minero de España (IGME) Joaquín Mulas, ha insistido en que éste ha sido un terremoto "bastante importante" y "muy dañino" y que además de las numerosas víctimas mortales aún sin cuantificar hay numerosos edificios destruidos porque "la vulnerabilidad" en la edificación en el país más pobre de América es muy alta. En cuanto a los aspectos geológicos, ha subrayado que en éste área se producen movimientos sísmicos "de cierta importancia cada cierto tiempo" y, aunque reconoció que la probabilidad de ocurrencia es "difícil de determinar", ésta es una zona "conocida por fenómenos" de estas características.
También ha destacado que se trata de un terremoto muy superficial (a 10 kilómetros de profundidad) por lo que "cuanto más en superficie más dañino es y viceversa". En la misma línea, el investigador titular en Geología Estructural del IGME, Javier Escuder, detalló sus trabajos en República Dominicana dentro del Programa SYSMIN financiado con fondos de ayuda al desarrollo de la Unión Europea. Bajo su experiencia, en la isla hay una fricción entre la falla de Enriquillo (un lago fronterizo entre Haití y República Dominicana) que tiene un movimiento horizontal donde el bloque norte se mueve hacia el oeste, y el sur hacia el este. "Esto se produce esporádicamente, pero estas placas se mueven a un ritmo de 20 milímetros al año, que ya es un movimiento importante", ha indicado.
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